Edith (Gluck) Kallman nació en Visne Reviste, Eslovaquia en 1924. En 1943, después de recibir notificación de que iba a ser detenida, ella y su hermana abandonaron su hogar, viajando de noche hasta Uzhgorod, Hungría, donde se quedaron con su hermana mayor. De allí se dirigieron a Budapest, donde encontraron empleo y vivieron bajo identidades falsas. Edith se convirtió en “Anika Braun”. Pero cuando se descubrió el engaño, por temor se trasladó a Debrecen para vivir con los padres ancianos de un primo y cuidar de ellos.

En la primavera de 1944, todos los judíos de Debrecen fueron detenidos y deportados. Edith podría haber escapado, pero optó por quedarse con los ancianos a su cargo. La llevaron en tren a Auschwitz junto con su prima, su tía y su tío. Edith se salvó milagrosamente al pasar por el proceso de “selección” cuando la novia de su hermano, a quien apenas reconocía, la empujó para colocarla en la fila apropiada. La llevaron con los demás prisioneros a ser “procesada”. Le raparon la cabeza, le quitaron su ropa, y le dieron un uniforme a rayas. Seis semanas más tarde Edith fue transportada a Ravensbrück y de allí a Oranienburg, donde la obligaron a trabajar en una fábrica de municiones. En la primavera de 1945, la obligaron a participar en una “marcha de la muerte” hacia Neuengamme, al noreste, pero fue liberada por el Ejército Soviético antes de que los caminantes llegaran a su destino.

Contando ya con su libertad, Edith se fue a vivir a Bratislava y luego a Budapest para buscar a sus dos hermanos, Alex y Morris, y una hermana que había sobrevivido, con los cuales pudo reencontrarse. Bajo el patrocinio de su hermano mayor, Bernard, que vivía en Las Cruces, Nuevo México pero a quien nunca había conocido, Edith emigró a los Estados Unidos en 1948. Se casó en 1949 con Irving Kallman, de El Paso, y tuvieron tres hijos.

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